Vehículos propulsados por energía solar. ¿Una estrategia acertada contra el cambio climático?
Vehículos propulsados por energía solar. ¿Una estrategia acertada contra el cambio climático?
El peso contaminante del transporte
A nivel
mundial, el transporte representa una cuarta parte de las emisiones totales: 8 gigatoneladas por año, según
el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC). Esta cifra es un
70% más alta que hace 30 años. Se estima que más de mil millones de autos de
pasajeros recorren las calles y carreteras del mundo hoy en día y, si no
tomamos medidas urgentes, para 2040, esta cantidad de autos podría duplicarse.
"Esto
es insostenible, inaceptable y no es compatible con los objetivos del Acuerdo
de París", dijo José Mendes, presidente de la Alianza de Descarbonización
del Transporte, un grupo de 20
países, ciudades y empresas comprometidos a impulsar el transporte bajo en
carbono.
Los
primeros vehículos eléctricos fueron producidos y vendidos a principios de la década de 1900 y
las ventas alcanzaron su punto máximo a principios de la década de 1910. Pero
los avances tecnológicos y el descubrimiento de grandes reservas de petróleo
desplazaron al vehículo eléctrico en favor del motor de combustión.
"Ahora,
casi 100 años después, los vehículos eléctricos están regresando y necesitan
desplazar cada vez más el
motor de combustión para reducir las emisiones y la contaminación
del aire", dijo el Secretario General de la ONU.
"El
crecimiento de los vehículos eléctricos tendrá un impacto significativo en la
demanda de electricidad, y esto debe tenerse en cuenta", agregó, y explicó
que "si no se maneja con cuidado, la
demanda adicional creará desafíos en todas las secciones del sistema de energía, especialmente
en las horas punta, y ese transporte que depende de la electricidad generada a
partir de la combustión de combustibles fósiles, podría terminar añadiendo al
problema, no aliviándolo”, recalcó. Para evitar que esto suceda, se deben
realizar inversiones para crear
electricidad a partir de fuentes renovables, no a partir de combustibles
fósiles, y garantizar una cadena de suministro sólida.
¿Qué es un vehículo solar?
Un vehículo
solar es un vehículo propulsado
por un motor eléctrico (vehículo eléctrico) alimentado por energía solar fotovoltaica obtenida de paneles solares en la superficie
del automóvil.
La gran diferencia de estos vehículos es que se
emplea electricidad renovable que fue obtenida fuera del vehículo. Las celdas fotovoltaicas convierten la energía del sol directamente
a electricidad, que
puede o bien ser almacenada en baterías eléctricas o utilizadas directamente por el motor.
Las principales casas automovilísticas están probando nuevos
modelos de carros eléctricos con placas fotovoltaicas que se acercan el sueño
del automóvil solar. La implementación de la energía solar en el transporte va
más allá y ya se prueban desde trenes hasta aviones, pero aún tiene importantes
retos por delante. La energía solar se emplea ya en vehículos híbridos, como el
Sonata de Hyundai, que a través de su techo solar puede recargar hasta el 60%
de la batería
La presentación de
un Toyota Prius experimental con células
fotovoltaicas incorporadas en su techo, capó y luneta trasera, es una de las
señales más recientes: la apuesta por la energía solar ha llegado también al sector de los transportes. Una
de las ideas que cobra más fuerza es inyectar electricidad generada a partir de
los rayos del sol para aumentar la capacidad de autonomía de los carros
eléctricos. Pero no solo eso: también hay quien ha soñado con utilizar esta
fuente limpia para poner en marcha trenes, aviones y barcos. Algunos han visto
sus proyectos materializarse, otros están más lejos. Revisamos a través de
algunos ejemplos las perspectivas del sector.
La idea de Toyota,
que trabaja en este campo con el fabricante Sharp y el prestigioso centro de
investigación público japonés NEDO, es aprovechar la energía solar para aumentar la autonomía de crucero de los
vehículos eléctricos y así hacerlos más eficientes energéticamente
y con menos impacto ambiental. No es la primera vez que lo intenta. Hace ya una
década agregó un techo solar a un modelo Prius, pero en aquel momento no parecía una
idea madura.
Y en 2017 comercializó en Japón una versión del mismo coche con
células fotovoltaicas integradas, aunque con capacidades aún limitadas.
Ahora la casa
automovilística ha avanzado más, y, según asegura, ha podido desarrollar
un modelo eléctrico que cuenta con
células solares de alta eficiencia (34%) y es capaz, cuando está
parado, de almacenar en su batería energía solar suficiente como para tener
44,5 kilómetros de autonomía extra al día (hasta 56 km durante la marcha). En
el Prius anteriormente comercializado en Japón, llegaba solo a 6,1 km. A
principios del pasado julio, Toyota anunció que estaba lista para empezar una
fase de pruebas en carreteras con este prototipo y evaluar sus beneficios “en
función de las mejoras en la reducción de las emisiones de CO2 y la
conveniencia”, así como “la cantidad de veces que un vehículo requiere una
recarga”.
Al incrementar la superficie panelada se aumenta la
autonomía del automóvil eléctrico, permitiendo la auto carga, con mayor
eficiencia y menos impacto.
El problema de la autonomía
No todos están seguros de que apostar por la energía solar en el
sector de los coches sea la opción mejor. Entre los que han expresado
dudas, también está el visionario Elon Musk, al que le preocupa que la superficie disponible no sea suficiente como
para sacar ventajas significativas de esta fuente limpia. Otros, en cambio,
están más en la línea de Toyota. Su competidora Hyundai, por ejemplo, acaba de
lanzar al mercado de Corea del Sur un modelo Sonata híbrido con techo solar, una tecnología que le permitiría poder recargar
de esta forma entre un 30% y 60% de su batería cada día y, con seis horas de
recarga diaria, aumentar de unos 1.300 kilómetros anuales la distancia
recorrible.
También
en Europa algunos lo están intentando. Como esta empresa holandesa (Lightyear), que
asegura estar preparando un modelo
eléctrico y solar con más de 700 kilómetros de autonomía y que lo
venderá a partir de 2021 a un precio de 149.000 euros.
Lo primero que llama la atención del vehículo es
su aerodinámica carrocería que será una de las claves para conseguir una
autonomía eléctrica de hasta 725 km bajo
el ciclo WLTP* gracias a los paneles solares ubicados en el techo y también en
la capota del coche, en total cinco metros cuadrados de células
solares que
según la marca no solo son capaces de ofrecer "alrededor de un 20% más de
energía que las tradicionales" y pueden recuperar 12 km de autonomía por
hora, sino que cada una de esas células funciona
de manera independiente haciendo
así que el coche pueda funcionar incluso si una parte de él recibe sombra.
Según sus creadores el Lightyear One se
puede conducir por la noche o
en un día nublado al contar con una batería de un tamaño "relativamente
pequeño" con la que el coche puede funcionar como un coche eléctrico
convencional y que se puede cargar en cargadores de nivel 2 de hasta 22 kW y de
nivel 3 hasta 60 kW y con la que podemos obtener 400 km de autonomía con una
carga completa durante la noche en una toma de 230V. Además, en países soleados
no sería necesario cargar el vehículo dado que con la energía solar
podría funcionar indefinidamente y
no sería necesario recurrir a buscar puntos de recarga, que muchas veces no
están en lugares accesibles. Según las estimaciones del Lightgear de esta
manera sería posible recorrer hasta 20.000 km al año con este coche utilizando
la energía del sol.
O
esta startup alemana, que
dice haber recibido ya más de
10.000 pedidos para un coche basado en el mismo tipo de propulsión
y también disponible en dos años, pero “perfecto para un uso en el día a día” y
en preventa a un precio de 25.000 euros.
Ricardo
Guerrero Lemus, miembro de la Agencia Internacional de la Energía y docente en
la Universidad de la Laguna (Tenerife), cree que en el terreno de los coches
solares “queda camino por recorrer, pero es evidente que [esta opción] se
empezará a aplicar pronto, no como una solución independiente, pero sí aportando energía a la batería de los vehículos
eléctricos”. En su opinión, “cualquier
aportación de energía fotovoltaica debe ser bienvenida porque necesitaremos
menos tiempo de enchufe para cargar la batería”.
El centro
de investigación NEDO afirmaba en un estudio publicado el pasado abril que en Japón se considera que habrá mercado para sistemas
fotovoltaicos en los coches a partir de 2030, lo que sugiere que aún falta
algo. Pero el trabajo de ingenieros y especialistas del sector se intensifica. Además de la autonomía, una de
las ventajas que puede aportar la energía solar en los
autos es el aumento del “confort dentro del vehículo”,
porque puede contribuir a alimentar funciones como el aire acondicionado o la
iluminación, según Guerrero. Por otro lado, contrasta, “la principal dificultad
es el precio de las células multiunión que en este caso deberían ser flexibles
e, incluso, coloreables”.
En la
aviación se está integrando también la energía solar. Un ejemplo es el
Solar-Impulse II, que dio la vuelta al globo usando mayormente energía
fotovoltaica. Crédito: Solar Impulse.
Sol para
alimentar autobuses, trenes y aviones.
El
transporte tradicional emite unas 8 gigatoneladas de emisiones de carbono a la
atmósfera anualmente, una cantidad que podría duplicarse para el 2040 y
acelerar el cambio climático. Decenas de países se han comprometido a promover
los vehículos eléctricos en las flotas de transporte público y para los
consumidores, así como en disminuir la contaminación atmosférica.
La idea
de alimentar vehículos con la luz del sol no fascina solo a algunos fabricantes
de coches, sino también a desarrolladores de otros medios de transporte. A distintas latitudes, ya ha habido
varios intentos para convertir esta visión en realidad. Así lo hizo esta compañía
de Uganda, que produjo un prototipo
de autobús solar. En otros países, como en la India y
en Australia, se
aplicaron paneles fotovoltaicos en el techo de algunos trenes (en el primer
caso, como integración a la propulsión diesel, en el segundo, para que la solar
sea la única fuente de energía).
Hace tan
solo unas semanas, un proyecto relativo al ferrocarril se anunció también en Reino Unido. Se trata
de un piloto para experimentar una “granja solar ferroviaria”, es decir, una
línea de trenes, ubicada en el sur de Inglaterra, conectada con un parque solar que
permite alimentar algunos elementos de la red como señales y luces. Sus
impulsores creen que es el primer paso para crear una infraestructura
ferroviaria capaz de abastecer con energía fotovoltaica directamente los trenes
y así reducir la necesidad de usar combustibles.
La
integración de energía solar se ha probado también en el sector náutico y en la aviación. En este segundo caso, entre los proyectos que
tuvieron más repercusión mediática está el Solar-Impulse II, un avión alimentado en buena parte
con energía fotovoltaica que entre 2015 y 2016 completó la vuelta del globo terrestre, viajando en algunos tramos por la noche gracias a la energía acumulada
durante el día. Y también es destacable el Zephyr S de
AirBus, un vehículo aéreo no tripulado alimentado con energía fotovoltaica y
diseñado como un “pseudo-satélite” capaz de mantenerse en vuelo a unos 21.000
metros de altura y ejecutar tareas de “visualización, detección y conectividad”.
*El procedimiento WLTP (World
Harmonized Light-duty Vehicle Test Procedure) es un estándar global para
determinar los niveles de contaminantes, emisiones de CO2 y consumo
de combustible de los coches tradicionales, híbridos, y automóviles eléctricos puros. Este procedimiento ha sido
desarrollado por la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE o UNECE en inglés) para sustituir
al Nuevo Ciclo de Conducción
Europeo (NEDC) como procedimiento europeo de homologación de vehículos. Su
versión final se publicó en 2015. Uno de los principales objetivos del
procedimiento WLTP es
hacer coincidir mejor las estimaciones de laboratorio del consumo de
combustible y las emisiones con las medidas de una condición de conducción en
carretera1.
Dado que los objetivos de CO2 son cada
vez más importantes para el rendimiento económico de los fabricantes de
vehículos en todo el mundo, WLTP también
pretende armonizar los procedimientos de prueba a nivel internacional y
establecer un campo de juego igualitario en el mercado global. Además de los
países de la UE, WLTP está aceptado en India, Corea del Sur y Japón. WLTP está normalizado mediante la
normativa (CE) 2009/443 a efectos de verificar que un modelo de un fabricante
no emite más CO2 en promedio que el objetivo establecido por
la Unión Europea, que actualmente es de 95 g de CO2 por kilómetro para
2021.
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